La Energía es considerada un derecho humano transversal, de forma que condiciona el acceso a otros derechos esenciales. Este derecho tiene, como en el resto de los sectores en los que trabajamos, la parte de acceso (en el caso de la energía se habla desde hace un tiempo de pobreza energética, incluso en nuestro entorno), y la parte de modelo energético deseable y su gobernanza. Las tecnologías que se desarrollan y se emplean para el acceso a la energía condicionan y vienen condicionadas por el modelo energético en el y para el cual nacen. Por ejemplo, no se desarrollan centrales nucleares para impulsar un modelo de pequeña escala y descentralizado, basado en el autoabastecimiento energético y el mínimo gasto. Se trata de una limitación técnica, pero la elección de la tecnología también es política. Nuestro posicionamiento en este campo es común al de la Plataforma Nuevo Modelo Energético, que se puede ver aquí.

Existen personas en la asociación que trabajan en este campo, pero falta conformar un grupo de trabajo estable (lo estamos deseando!). Sin embargo, sí se impulsan acciones en Galicia como jornadas de reflexión sobre pobreza energética o nuevo modelo energético (casi siempre colaborando con otras organizaciones), o de incidencia política en partidos políticos y administraciones públicas para que introduzcan en sus programas electorales elementos de impulso a un Nuevo Modelo Energético, contra la pobreza energética y a favor de la soberanía energética. Personas de la asociación participan ocasionalmente en encuentros estatales e incluso internacionales de reflexión en estos temas, y nos traen ideas frescas sobre maneras de actuar o las nuevas tendencias de gestión o activismo en el ámbito del derecho a la energía, como últimamente la concienciación sobre el vínculo entre mujeres y energía.

A nivel internacional no contamos con un programa específico de electrificación, pero es un elemento muy importante sobre todo en nuestro programa de Derecho Humano al Agua en Honduras, donde en los últimos años estamos apostando por proyectos piloto de bombeo de agua con energía solar en pequeñas aldeas ((Varsovia o El Fortín, ambas en el municipio de El Triunfo). Estamos validando si, como creemos, el coste por familia del bombeo de agua empleando energía solar con instalaciones descentralizadas (con el mantenimiento idóneo para lo cual se forman personas en las propias aldeas o en el entorno), es menor que el generado si el bombeo es a través de motores diesel. Incluso, si puede ser más barato (y sostenible) que si se emplega la traída de red eléctrica de potencia que, en la zona donde trabajamos en el sur de Honduras, se basa en energía de centrales térmicas a partir de combustible fósil. Esta aumenta el coste de los sistemas en un contexto de escasez de materia prima en el país; carbón y petróleo no los tienen, leña cada vez menos, pero sol tienen mucho, y merece la pena explorar alternativas renovables en zonas rurales.